Siga siga siga el baile al compás de tamborín que
esta noche nos comemos las gallinas en el campin. Santafereño, yo no me olvido como corriste este
domingo, por halla en Soacha tú te cagaste y con los paisas tú te juntaste, se
cago se cago la guardería se cago…, como estos hay muchos canticos que
hacen que el futbol sea toda una fiesta, que se convine todo un carnaval
popular, con bombos, platillos, banderas, bombas, trompetas y con lo más
importante el don de la voz de los
hinchas que cada ocho días rompen sus gargantas con el sentimiento que representa
gritar un gol de su equipo amado.
Como es habitual cada quince días voy al
estadio con un grupo de amigos santafereños, nos metemos en la popular a deleitarnos de un buen platillo de futbol y a
su condicional acompañante el apoyo del público con sus canticos. Haciéndole
fuerza al expreso bogotano contra nuestro rival de patio, “odiado” por muchos,
millonarios. Empezamos alentar a nuestro equipo los noventa minutos con
canciones que reflejan el apoyo incondicional a nuestro equipo amado y el
desprecio total de nuestros equipos odiados.
Mientras los jugadores calentaban en el
terreno de juego, Empezamos con una entrada que reflejaba el sentimiento y las
ansias que teníamos de ver al campeón del futbol profesional colombiano,
coreábamos la típica canción que le da la bienvenida al equipo a la cancha vamos albirrojo vamos albirrojo vamos
albirrojo vamos albirrojo, nadie comprende que este amor se sienta así que
venga a verte, y aunque me duela del dolor yo estoy con voz hasta la muerte,
ser albirrojo es un honor una pasión, un sentimiento, desde pequeño yo me
enamore de voz por eso vengo…vamos león, vamos vamos vamos vamos león vamos
vamos el león de corazón. Sin importar que el equipo no estuviera en el
mejor lugar de la tabla de posiciones, esta hinchada no la iba abandonar y
menos jugando el clásico más importante como es contra millonarios. Los tres
puntos eran vitales para mantener la ilusión del bicampeonato y llenar de
alegría miles de corazones santafereños.
Salen los equipos
a la cancha, en un atardecer fascinante el sol les daba la despedida a la espera y la luna le daba la
bienvenida al clásico más reciente de la capital colombiana.
Las hinchadas de
ambos equipos entonaban con fuerza y cariño
el himno distrital, cundo
culminaba este con su BOGOTA, BOGOTA, BOGOTA, (en el caso del equipo cardenal es SANTA FE,
SANTA FE, SANTA FE), se daba inicio al encuentro. Después del pitazo del
árbitro antioqueño, se indicaba el inicio del partido. Las hinchadas se
preparaban para ver el comienzo de un partido lleno de emociones e ilusiones.
Desde el minuto 3
del juego, el cuadro embajador se hizo el dueño de la pelota y hacia sufrir a
la hinchada santafereña. El partido empezó a tomar equilibrio desde el minuto 20,
ya santa fe se acercaba al pórtico de Nelson Ramos. La guardia albirroja sur,
como es conocida la barra más grande de santa fe, se hacía sentir con sus cantos en el terreno de juego y en los pasillos del
estadio de la 53. Empezaba la guardia a cantar su loquito por ti loco loco,
canción que tiene el objetivo de motivar a la escuadra cardenal para conseguir
su primera anotación en el juego.
Minuto 33, dos
agresiones infantiles y bastantes violentas de Gerardo Bedoya sobre Johnny
Ramírez, y un enfrentamiento de Edwin Cardona y el panameño Román Torres hace
que independiente santa fe se quede con
nueve hombres y millonarios con diez,
hace que el clásico se empiece a calentar dentro del terreno de juego y en sus
graderías.
La guardia estaba
bastante tensa pues las expulsiones de dos de sus jugadores hacia que incrementara el “odio” hacia el equipo
rival. Empezaron con un par de canciones que personalmente a mi juicio, muestra
la antipatía que hay contra la hinchada y el equipo millonario, y que genera se
empiece los enfrentamientos violentos entre hinchas de ambos bandos fuera del
estadio. Millos millos cobarde la concha de tu madre, si tienes tantos huevos si
tienes tanto aguante nos veremos afuera para hacer un combate… la violencia en el fútbol se va a acabar,
porque a millos lo vamos a matar, por la 30 vamos a salir, yo te aviso si
quieres venir, los de millos son todos putos… Era claro que esta vez los
jugadores incitaban a la violencia, no la hinchada.
Desde el minuto
33 al minuto 45, fue un partido bastante pobre, con pocas opciones de gol, solo
un buen tiro libre del volante azul Mayer Cándelo que Camilo Vargas logro
atajar cerca del palo izquierdo del arco sur del campin.
Con el pitazo que indicaba la Finalización de
la primera parte, los equipos se iban a descansar quince minutos, mientras la
guardia seguía alentando, así los jugadores no estuvieran en el terreno de
juego, la guardia quería demostrar que
es la barra más fiel y que sigue al equipo en las buenas y malas.
El olor a
marihuana se hace presente en la barra, en la mayoría de partidos en los que
juega santa fe, la droga y el licor están esencial para un porcentaje de los
integrantes de la guardia, que hace que se
coreen canciones alusivas a ellas como: somos
de la gloriosa banda santafereña la que toma moscato la que fuma vareta, la que va
caminando cuando llega al Nemesio, va mostrando los trapos por que le sobran
huevos... estas
canciones hacen que se motive el consumo de estas sustancias , porque el ritmo
es muy “pegajoso” y hace que el niño que va a temprana edad a la barra fume,
huela y beba para sentirse en igualdad de condiciones con algunos “grandes
capos” que muchas veces no tienen objetivos en la vida y por muchas
dificultades no tienen una ocupación alguna.
Las
desigualdades sociales de algunos de los integrantes de las “barras bravas”,
hacen que cometan delitos como el hurto, para obtener dinero y poder adquirir la boleta de los partidos, y sustancias
psicoactivas para entretenerse durante los encuentros futbolísticos y demás
actividades…
Como he dicho la música es un referente
importante en la habitabilidad de estos grupos sociales en el ecosistema, todas
la características de estos grupos las hemos importado desde el país pionero
del futbol en Latinoamérica (Argentina), desde sus formas de vestir hasta sus formas de hablar y de expresarse con el
entorno.
El mejor ejemplo
de lo que significa expresarse con el entorno es la música, ese género que es
denominado “cumbia argentina” existente desde el final de la década de los '90,
es la recopilación de los sonidos básicos de la cumbia colombiana e instrumentos
musicales como el teclado y el bajo, más el componente del mensaje social, que
son sus letras que abordan temas como el futbol, las drogas, el alcohol, la
violencia callejera, la prostitución, el sexo, el amor y el desamor.
Escuchando este
género de música me pregunto, ¿cómo las letras de estas canciones logran transformar
el pensamiento y el comportamiento de
grupos de hinchas?
Refiriéndome al
libro Cantar bajo la anaconda de Jairo Clavijo Pobeda que habla sobre
el análisis sociocultural del futbol y del entorno, me doy cuenta que la música
hace un papel importante en la formación de estos grupos sociales denominados
“barras bravas”, por medio del mensaje “positivo” que se le inculca al hincha
diciéndole que el consumo de sustancias psicoactivas y el amor exagerado hacia
la camiseta es el camino correcto.
También nos dice
que este género de música va dirigido para las clases populares, por esto se tratan temas
como la violencia callejera, la delincuencia, vivencias urbanas y demás, pero
por el simple hecho de escuchar este tipo de música el individuo no se
transforma en un delincuente. En síntesis, La cumbia villera es un lenguaje más
del futbol y de su entorno.
Empezaba a rodar
la pelota en el segundo tiempo, con las emociones e intensidades que
caracteriza un clásico de esta magnitud.
La hinchada del
primer y último campeón seguía alentando al rojo, confiaban que este segundo
tiempo las cosas iban a mejorar. Le daban la bienvenida al equipo en la parte
complementaria con el cantico que refleja dichos componentes de la cumbia
villera. Como me voy a olvidar cuando era
chico y me traía mi viejo, a ver al rojo campeón y sus jugadas de fantasía,
quiso el destino el azar que fuera hoy su mejor hincha y en una noche de alcohol nos moriremos de la alegría.
Minuto 47 del
complemento, el calvo Omar Pérez se
acercaba al pórtico Albi azul con un tiro libre, dos minutos después Quiñones
se acercaba con un cabezazo al palo izquierdo, parecía que la escuadra cardenal
volvía a surgir en el partido.
Minuto 59, como
es habitual Omar Pérez con sus maravillosos tiros libres, logra calcular la
precisión del tiro con la posición del jugador Yulian Anchico, este mete un
cabezazo que ni Ramos con un traje de
Superman lo hubiera podido alcanzar. El
equipo hacia gol, la hinchada roja celebraba, mientras la hinchada azul se silenciaba.
Uno de los
momentos más explosivos para los hinchas
en un partido es la satisfacción que es gritar un gol y más si es en un clásico
como este, esto es lo que la hinchada cardenal reflejaba con sus bombos y
trompetas (su música). Todos
coreaban y coreaban Vamos ya griten
y alienten que Bogotá es una fiesta, porque el expreso regresa, la vuelta vamos
a dar.
Cuatro minutos
más tarde, el delantero Watson Rentería logra vencer al portero cardenal Camilo
Vargas tras un remate cerca al punto de penal, la hinchada millonaria festejaba
el empate, mientras la hinchada cardenal pasaba un trago amargo, pero eso no
significaba dejar de alentar hasta los 90 minutos.
El tiempo
transcurría en el renovado estadio el campin, pero la hinchada seguía alentando
con sus cantos de guerra y de honor, En
la grande capital hay una banda, La guardia, el aguante lo primero que aprendí,
Bogotá de Santa Fe es nuestra gente, la ciudad lo más hermoso para mí y ahora
voy delirando por la droga y el león, soy campeón y siempre seremos el primer
campeón.
Minuto 81, tras
una gran corrida por la lateral izquierda, Martínez Borja centra el balón hacia
el área, que le queda totalmente sola al volante cardenal Juan Daniel Roa que
la vota encima del arco sur, era más difícil
votarlo que hacerlo.
El volante
Cardenal se perdía la gran oportunidad de darle la vuelta al compromiso y
conseguir un triunfo tan representativo que nos daría tres puntos vitales para
escalar en la tabla de posiciones.
A la hinchada no
le gustaba el resultado, querían ir por mas, por eso le exigían al equipo dar
el cien por ciento de energías por eso coreaban, y vamos Santa Fe, fuego interior; pones al rojo vivo mi corazón; vamos
Santafesito, hay que jugar bonito, para ganarles hoy.
Las emociones se
estaban terminado, un encuentro bastante parejo y un segundo tiempo más teñido
de rojo que azul, pero como dice el dicho, el que no los hace lo ve hacer, y
esto fue justo lo que sucedió. Faltando 30 segundos para la culminación del
partido y el empate 1 a 1, un zapatazo fuera del área del 10 embajador Mayer
Cándelo logra desequilibrar el encuentro y darle la victoria al equipo que con
América de Cali son los más campeones del país.
Santa fe perdió
en la cancha, pero jamás en la tribuna. Con aplausos el público cardenal
despidió al equipo y haciéndole sentir con la voz que jamás lo iban a
abandonar. A esta banda no la pueden parar, a esta banda no la pueden parar, ni
l muerte nos va a separar, desde el cielo te voy alentar y vamos el expreso que
esta banda loca quiere campeonar.
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